domingo, 16 de septiembre de 2012

MISIONES EN LA CONTROVERSIA



POR: PAUSIDES REYES

Ningún gobierno de los que hemos tenido en toda nuestra historia política se ha ocupado tanto del ser humano como el gobierno bolivariano que tenemos desde el año 1998; es tan evidente la obra social de esta revolución que hasta el mismísimo tarantín de la unidad opositora está acusando recibo de fractura por  un desacuerdo entre sus dirigentes con relación a la gestión del Presidente Chávez. La denuncia del paquetazo económico que la oposición tenia debajo de la manga, primero; y el reconocimiento posterior de un dirigente de Un Nuevo Tiempo de la importancia de las misiones sociales son un indicador que nos permite medir los alcances de la inversión social ejecutada en los últimos diez años. El Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, como conductor del proceso revolucionario en construcción,  ha puesto su empeño fundamental en saldar la deuda social acumulada que, durante la cuarta republica, había condenado a más del ochenta por ciento de la población a una lamentable situación de pobreza. Los programas sociales bautizados como “Misiones” forman parte de un esfuerzo de gestión revolucionaria que busca trascender la promesa politiquera del pasado para que la palabra empeñada en revolución se convierta en acción reivindicadora del PROTAGONISMO DEL PUEBLO. Las misiones son tan múltiples como las necesidades de nuestro pueblo; abarcan un amplio abanico social porque han sido diseñadas con la convicción de la solidaridad; y como  no fueron hechas en función de ese cálculo crematístico que les impide a los tecnócratas neoliberales asimilar la posibilidad de invertir los dineros de las arcas públicas en la gente, hoy nos encontramos con unos resultados que ni siquiera los adversarios más recalcitrantes  se atreven a cuestionar frontalmente.
La controversia política relacionada con las misiones es una invitación a reflexionar sobre el salto cualitativo contenido en la propuesta de gobierno  para el periodo 2013– 2019. Las justas reivindicaciones sociales tienen que caminar de la mano con los múltiples esfuerzos que deben fraguarse en el campo de lo ético-político. La hegemonía socialista, entendida como articulación y no como imposición vanguardista, pasa por la suma de voluntades y corazones en función de los valores que predicamos como alternativos a los del capitalismo

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